Árboles muertos

13 minutos de lectura

El papel está hecho de pulpa de madera y por eso se usa la expresión “árbol muerto” para referirse a cualquier cosa hecha de papel, y en particular a los libros1. En inglés la expresión equivalente, dead trees, aparece en diccionarios e incluso la usan como adjetivo.

¿Puede un libro ser algo que no sean árboles muertos?

Libros electrónicos

Los libros electrónicos ya lleva un buen tiempo entre nosotros, con diferentes niveles de fidelidad y de calidad, desde los simples ficheros de texto hasta los libros multimedia interactivos. Con la protección Digital Rights Management (DRM), algunas editoriales aceptaron los libros electrónicos y los dispositivos dedicados han ido atrayendo lectores a este medio.

Hoy en día puedes leer el mismo contenido en papel, en un lector de libros electrónicos, una tablet e incluso un teléfono. La distribución de las páginas puede que no sea igual y si el libro tiene imágenes o páginas en color puede que te pierdas algunos detalles, pero puedes cargar varios libros sin preocuparte del peso.

Algunos libros electrónicos son puramente digitales, con vídeo o interacciones, pero quiero centrarme en los son al mismo tiempo digitales y en papel. Algunos libros nacen como digitales con la opción de ser imprimidos, como en Lulu. Otros nacen como electrónicos para quedarse en ese formato, como los de Leanpub. Algunos son gratis como los de Project Gutenberg y otros pueden comprarse en tiendas como Kindle, Google Play, Apple Books o eBooks.com. Puedes encontrar libros que estaban sólo en papel y han sido convertidos al formato digital en O’Reilly Learning y algunos libros solo existen en el medio digital, como el Wardley Maps [1] de Simon Wardley. Para añadir más variedad, algunos autores han convertido las publicaciones de sus blogs en libros impresos, como el The People’s Scrum (Por us Scrum popular) de Tobias Mayer o el Managing Humans (Gestionando humanos) de Michael Lopp.

Audiolibros

Y también están los audiolibros. Un audiolibro es una grabación de alguien leyéndote un libro. Puede ser una voz digital creada por algún sistema, el propio autor o actores. Tienes el mismo contenido que en el libro, pero no tienes porqué usar tus ojos para leerlo. ¿Son los audiolibros libros?

Hay casos en los que los audiolibros son mucho mejores que su equivalente en papel: cuando no puedes usar tus ojos. Puede ser por una circunstancia temporal o permanente, o porque los estés usando para otra actividad como conducir, lavar los platos o caminar.

Un amigo me contó que lee libros relacionados con el trabajo mucho más rápido y con más claridad cuando los lee y al mismo tiempo escucha el audiolibro a una velocidad alta: le ayuda a mantenerse enfocado.

Resúmenes de libros

Otro fenómeno con el que me he encontrado son los resúmenes de libros: servicios que te proporcionan resúmenes cortos de libros, algunas veces en audio. Puedes tener la esencia de un libro de negocios en menos de 10 minutos. Blinkist y Instaread te ofrecen este servicio en inglés y hay otros servicios en español. Son ideales para la persona ocupada que quiere estar al día sabiendo lo que otros están aprendiendo. Pueden echar un vistazo al destino pero se pierden el viaje. Como decir que has estado en París porque has visto una foto de la Torre Eiffel. Yo no diría que han leído el libro.

La magia de leer

Leer requiere atención y un esfuerzo mental para descodificar y reconocer los símbolos en tu cabeza. Una colección de hojas de papel, el producto de árboles muertos, cobra vida una vez revelas su contenido cuando los lees. Hay una transformación de lenguajes, hay un mapeo entre diferentes niveles de abstracción que siempre he encontrado mágico. Ese proceso es diferente cuando escuchamos.

El libro, como un objeto, también me fascina. Recuerdo haber comprado discos de música, llegar a casa y ponerme a escucharlos con atención mientras miraba la portada del álbum y las letras. Una vez escuchado, el disco iba a mi colección y cada vez que mi mirada se cruzaba con él era capaz de escuchar la música de nuevo en mi cabeza. Tan solo con tenerlo visible era una ayuda para mi memoria.

Los libros están hechos de árboles

Algo similar sucede con los libros en mi estantería. Cuando los miro puedo recordar su contenido, dónde los compré, qué estaba haciendo cuando los leía, cómo me sentí al leerlos, … Los objetos físicos actúan como un ancla a lo que aprendí de ellos o a las aventuras que experimenté al leerlos. Y ese ancla se activa cada vez que los veo. No tengo esta experiencia con los libros electrónicos.

Muertos

No puedes hacerle una pregunta a un libro, ya sea electrónico o en papel. No puedes comenzar un debate. Contienen una idea del pasado y, puede ser, que ya el autor no la comparta. Algunos críticos vieron la aparición de los sitios webs, los foros y los blogs como un buen substituto para los libros porque pueden cambiar a lo largo del tiempo. Pueden evolucionar como evoluciona la mente de los autores.

Sin embargo, a mí me gusta que los libros sean una instantánea del pasado. La idea se ha desconectado del autor y puede compartirse con otros y ser discutida. Puede dar pie a una conversación.

Cuando leí The Leprechauns of Software (Los duendes del software) [2] me desconcertó el título del prefacio: “Este libro es un trabajo en curso”. Está publicado en Leanpub y ellos permiten este modelo: el autor puede compartir a medida que va progresando y los lectores pueden apoyarle aunque el libro no esté completo. Ese libro en particular parece terminado, es consistente tal como está y no ha sido actualizado desde 2017. No puedo referenciar ninguna página del libro porque no sé si cambiará en el futuro. Me gusta el compromiso que implican los libros.

El libro como una experiencia

Una novela, un libro de historia, un ensayo de filosofía, un cómic y un libro de negocios son muy diferentes pero todos ellos son libros. Me gustaría distinguir solo entre leer para aprender y leer por placer. Cuando leo por placer me gusta disfrutar de ese tiempo y leo el contenido y nada más. Cuando leo para aprender, tomo notas y hago búsquedas en internet. Lo que después recuerde del libro es importante para mi en ese caso.

Me he dado cuenta de que recuerdo mejor el contenido de los libros físicos que de los electrónicos. Muchas veces recuerdo “estaba en la parte inferior de una página derecha” o “estaba a medio centímetro de páginas antes del final del libro”. No tengo ninguna de estas pistas en los libros electrónicos. También recuerdo las portadas, los colores y el tacto de las páginas. Pierdo todo eso en mi Kindle.

Es una experiencia muy diferente sujetar un libro de bolsillo que uno de tapa dura. Un libro nuevo con las páginas crujiendo o uno antiguo de páginas amarillentas.

Tengo muchos libros firmados por sus autores. Me encantó leer Rayuela de Julio Cortázar e ir adelante y atrás en las páginas, algo que no habría experimentado pulsando sobre un enlace. Me gusta ver los lomos arrugados de mis libros y las portadas descoloridas. Recuerdo que leí aquél libro en la playa, que me llevé aquel otro al aeropuerto y que este de aquí es un regalo especial. Los libros, como objeto, son compañeros para mí. Llevan más historias que las que hay escritas en su interior.

Libros leídos

Me compré mi Kindle en el 2019 y antes de eso había leído libros electrónicos usando un iPad. También había leído partes de libros en el teléfono. Ahora combino libros electrónicos con árboles muertos y me gusta tener un libro en curso de cada tipo. Puedo llevar mi Kindle a cualquier parte y tengo el diccionario con solo pulsar sobre una palabra. Puedo empezar a leer un libro segundos después de haberlo comprado en lugar de tener que esperar a la entrega y no ocupa espacio en mi librería. Puedo elegir un tamaño de letra grande que sea un descanso para mi vista y puedo hacer búsquedas.

Solo leo libros en papel en casa. Me da igual la discusión de “¿qué es mejor, libros en papel o libros electrónicos?”. Me parece como la discusión entre teatro y cine: son diferentes.

Books

Los audiolibros no han funcionado para mi. Solo he intentado libros en inglés, no los entiendo por completo y echo de menos el poder buscar en el diccionario. Cuando estoy escuchando y me pierdo alguna palabra me afecta mucho a la atención. Las apps que he probado aún tenían que mejorar añadiendo la capacidad de anotaciones, marcar puntos de la grabación y hacer fácil el retroceder.

Hace unos años probé el audiolibro The Ocean at the End of the Lane (El océano al final del camino) leído por su autor Neil Gaiman y lo disfruté, pero lo escuchaba al mismo tiempo que lo leía. Ahora que he estado más expuesto al inglés en conversaciones y podcasts podría intentar algún otro.

Algunos de los participantes en clubs de lectura en los que participo escuchan la versión audio del libro que hemos elegido (ellos dicen que “leen el audiolibro”) y la verdad es que comparten una comprensión muy similar a la de los que leemos con la vista. Me gustaría poder leer más audiolibros.

El “paréntesis de Gutenberg” [3] sugiere que los humanos hemos estado inmersos en la cultura oral y ésta ha estado suspendida durante 500 años desde que Gutemberg inventó la imprenta. Con la imprenta, las ideas que podían difundirse eran únicamente las que tenían fondos para llegar al papel. Ahora, con los medios digitales, estamos volviendo a una segunda “oralidad” basada en una vuelta a la fluidez en la comunicación.

Leer está pasado de moda, es más fácil consumir vídeos y los libros ya no son una autoridad del conocimiento. Algunos dicen que a nadie le gusta leer pero que a algunos les gusta haber leído. No estoy de acuerdo. Yo voy a seguir leyendo porque me encanta. En árboles muertos o no.


Toni Tassani — 25 de abril de 2022


Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 15 de marzo de 2021 en la intranet de la compañía.


Simon Wardley, «Wardley Maps - Topographical intelligence in business», Medium, 07-mar-2018. [Online]. Disponible en: https://medium.com/wardleymaps/. [Accedido: 18-feb-2021]
Laurent Bossavit, The Leprechauns of Software Engineering: How Folklore Turns into Fact and What to Do about It. 2015.
Thomas Pettitt, «Before the Gutenberg Parenthesis: Elizabethan-American Compatibilities», abr. 2017 [Online]. Disponible en: https://www.academia.edu/2946207/Before_the_Gutenberg_Parenthesis_Elizabethan_American_Compatibilities. [Accedido: 18-feb-2021]

  1. Se trata de un disfemismo, una palabra o expresión despectiva que se emplea en lugar de otra más neutral, como caja tonta para referirse a la televisión.↩︎

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